Metodología de la Clase
Metodología de la Clase
- Toda clase debe seguir un claro patrón: comenzamos con ejercicios suaves, que permitan al cuerpo entrar gradualmente hacia el trabajo más intensivo. En el cuerpo de la clase se buscará la intensidad necesaria al nivel de dificultad, enseñanza de nuevo material o la realización del ejercicio al cual ha ido enfocada la clase, y se finalizará con una vuelta a la calma progresiva, estiramientos y relajación.
- En una clase se pueden incluir ejercicios de diferentes niveles, dentro de lo apropiado para el o los alumnos.
- En la clase se trabajarán ejercicios que incluyan todo el cuerpo, no quiere decir que cada uno de los ejercicios incluya el trabajo de todo el cuerpo, sino que durante la consecución de la clase, se buscará recorrer todo el cuerpo.
- Cada ejercicio incluirá Consciencia y Control de todo el cuerpo, ayudándonos de las indicaciones y las referencias adecuadas de la activación del centro, la respiración, la estabilidad y la articulación y el movimiento de la columna vertebral.
- El profesor tiene que ser consciente del ritmo de cada ejercicio y dirigirlo conforme a ello con la respiración adecuada.
- El ritmo de las repeticiones así como su cantidad son imprescindibles para que el cuerpo consiga la habilidad y la asimilación de los ejercicios. No se debe interrumpir en exceso las repeticiones para dar tiempo al cuerpo a la asimilación. Aunque en caso necesario se puede parar el ejercicio para explicar o matizar, se debe realizar las repeticiones necesarias. El profesor debe ser capaz de impartir el numero correcto de repeticiones observando al alumno, para conseguir el mayor beneficio sin llegar a una tensión excesiva.
- Cada ejercicio debe de realizarse controlando el E.R.C.M (Estabilización, Respiración, Centro y Movimiento).
- La clase debe prepararse personalizando a cada necesidad del alumno o nivel de la clase de alumnos, teniendo en cuenta las limitaciones de cada uno, pero consiguiendo retar esas mismas limitaciones (que haya un esfuerzo por conseguir avanzar y mejorar). Siempre teniendo en cuenta las lesiones de cada alumno.
- Es importante el equilibrio entre una experiencia dinámica y física, y el trabajo correcto, con precisión, vigilando todos los detalles.
- Cada ejercicio, preparación o variación tiene que estar relacionado con los ejercicios originales de Pilates o los añadidos posteriormente que forman parte del repertorio principal del método.
Herramientas
- El lenguaje: Palabras simples, claras y precisas. Incidir en el alumno en el momento de la ejecución del ejercicio, con lo que su mente no puede asimilar instrucciones demasiado complejas. Es la conexión permanente entre el alumno y el instructor, que da continuidad y ritmo a la clase. Nos ayuda a aumentar la precisión en el movimiento de los ejercicios con la ayuda de las indicaciones verbales.
- Es importante la CANTIDAD DE LA INFORMACIÓN, si es demasiada, satura y ralentiza, al producirse el fenómeno “parálisis por análisis”. La ausencia de información crea dudas en el alumno o impide la realización correcta de la técnica. Es recomendable poner el foco de atención en un aspecto del ejercicio cada vez.
- El TONO, la entonación debe de ser acorde a cada momento de la clase. El tono de voz debe acompañar al nivel de intensidad que debe emplear el alumno en cada una de las fases del ejercicio o de la clase.
- El RITMO, cada ejercicio tiene un ritmo interno propio, pero el alumno debe de ser capaz de modificarlo y adaptarlo, y el profesor quien le guíe indicándole cuál es el ritmo en cada situación.
- La PAUSA, el mantenimiento de posiciones estáticas nos ayuda a sentir y escuchar nuestro cuerpo, da referencias y ayuda a mejorar la postura.
- El SILENCIO, una vez que el alumno va ganando experiencia en la realización de los ejercicios, debemos dejarles que busquen su propio ritmo para que no dependa tanto de las indicaciones verbales del profesor.
- Asistencias con las Manos: Igualmente deben de ser simples, claras y precisas. Deben ser capaz de dirigir sin confundir al alumno. Su uso debe ser puntual y solo cuando se necesite. Establecen límites y facilitan el movimiento, ayudan a mejorar la técnica del ejercicio, a construir el esquema corporal tanto mental como físico. Su ausencia limita la progresión. NUNCA SE DEBEN TOCAR LAS PARTES INTIMAS.
- Lenguaje Corporal: El profesor de transmitir seguridad y profesionalidad sin arrogancia. Un buen profesor tiene carisma y una actitud cercana y dinámica, y preocupación por sus alumnos.
- Manejo de la Clase: La enseñanza de la clase es un trabajo dinámico, no se debe permanecer en un puesto estático. Hay que moverse por la clase pero observando los detalles, corrigiendo en caso necesario, dando la sensación de que está pendiente de los alumnos, con indicaciones individuales y sin agobiar. Una clase de grupo tiene un ritmo especifico, y el profesor tiene que ser capaz de captarlo y manejarlo.
- Enseñanza de nuevos ejercicios: hay varios métodos para enseñar nuevos ejercicios, cada uno debe encontrar su manera, o utilizarla según el momento o la clase.
- Mostrando cada ejercicio. Recomendado para ejercicios más complicados o movimientos que no se han entendido bien. Para ello el profesor tiene que ser capaz de mostrar el ejercicio con la técnica correcta. El inconveniente es que se pierde la fluidez de la clase, pero a veces es necesario. Facilita al alumno una visión global del ejercicio para que entienda e interprete el movimiento que va a llevar a cabo posteriormente.
- Sólo con explicaciones. Permite mantener el ritmo de la clase y profundizar en la compresión de los ejercicios. Para ello el profesor tiene que tener un dominio del lenguaje sin saturar o agobiar, siendo muy preciso a la hora de las indicaciones verbales. Suele ser difícil con ejercicios más complejos.
- Demostración con un alumno. Lo primero es asegurarse que el alumno es capaz de realizar el movimiento correctamente. En los ejercicios más sencillos, el profesor puede guiar al alumno con las manos.
Indicaciones Verbales
La utilización de la voz es la principal herramienta que tenemos en nuestras clases para enseñar, con lo que su control es importante.
Cada uno tenemos una forma de hablar, y es importante que reconozcamos nuestra manera de hablar y la utilización de la voz para poder mejorar.
Reglas básicas:
- Hablar con un nivel de voz que llegue a toda la clase pero no demasiado alta para que moleste.
- Animar la voz, mostrando niveles, tonos, enfoques para enfatizar los movimientos o el objetivo que queremos conseguir.
- Cambiar nuestra posición en la sala para que llegue desde diferentes lugares.
- No repetir demasiado las mismas palabras o frases en el mismo ejercicio, se puede buscar diferentes formas de iniciar lo mismo.
- Prestar atención a la calidad de la voz, si es monótona, saturante, si hablo muy rápido o muy lento.
- No vale recitar automáticamente lo aprendido, sino saber expresar de forma clara, sencilla y con comprensión, de forma natural. De esta manera conseguiremos llegar a la gente con más facilidad y que entiendan lo que les queremos transmitir. No se recomienda utilizar un vocabulario muy técnico en la clase.
- Debemos aprender a hablar con ritmo, dando instrucciones y marcando la respiración.
Indicaciones con Tacto manual
Las manos debemos utilizarlas con delicadeza y sensibilidad, de forma profesional. De esta manera conseguiremos que nuestros alumnos ejecuten mejor el movimiento. Mal utilizadas pueden entorpecer enormemente el ejercicio. Deben de ser complementarias a nuestras indicaciones verbales, transmitiendo el mismo mensaje.
Pueden estimular la conexión neural del músculo que buscamos activar, indicar la dirección del movimiento, refuerza la relación entre el profesor y el alumno, inspira confianza y control de la clase.
Nunca se debe forzar nuestro tacto sobre un alumno, si notamos que al alumno no le hace gracia, eliminamos esta ayuda.
Nuestro toque ha de ser en el punto exacto y como objetivo enseñar y ayudar. Debe ser Firme pero no Fuerte, suave pero no indefinido.
Importante para la Impartición de las clases
- Se debe diseñar un programa de ejercicios de acuerdo con las necesidades de cada individuo o de cada grupo.
- Reconocer las lesiones o condiciones de cada individuo que pudieran impedir la participación del alumno en los ejercicios o en algún ejercicio de Pilates.
- Recibir información por parte de médicos o terapeutas profesionales cuando sea necesario con un alumno en concreto.
- Documentar el progreso y colaboración con los médicos o terapeutas profesionales.
- Fomentar la práctica de ejercicios que mejoren la salud en general.
- Utilizar un toque adecuado para facilitar el movimiento y la postura del alumno, previniendo lesiones o daños.
- El Instructor de Pilates NO es un terapeuta, con lo que nunca debe actuar como tal.
- Nunca realizar diagnósticos.
- No se debe continuar entrenando a un alumno que presente condiciones de salud física que superen el nivel de conocimientos del profesor.
- Nunca prescribir dietas o suplementos.
- Nunca tratar por iniciativa propia lesiones o enfermedades.
- Nunca evaluar la evolución de patologías de alumnos derivados por terapeutas o médicos, esas evaluaciones les corresponden a ellos.
- Nunca comprometerse a una enseñanza profesional por encima de la propia capacidad de entrenamiento o conocimiento del profesor de Pilates.
- No continuar con un ejercicio si el alumno presenta alguno de estos síntomas: Dolor en el pecho, mareos prolongados, taquicardia, falta de respiración, disminución significativa de la coordinación, perdida de la consciencia, desfallecimiento, náuseas, visión borrosa, dolor prolongado o creciente.